PELEA DE GALLOS
Costumbre
importada pero arraigada a nuestro medio, consistente. En el enfrentamiento de
dos finos y nobles animales que disputan cuerpo a cuerpo su supremacía en el
entero de arena, sin más armas que sus picos y espolones. Los espectadores
disfrutan, gozan y participan de la «fiesta» que significa la actuación de sus
gallos, criados y preparados especialmente para el fin.
La afición a
los gallos de pelea es tan popular como antigua. Esta afición se remontaría,
según datos, al año 1283 a.C. Se cuenta que Alejandro Magno hacia apreciar a
sus tropas una lid de gallos antes de ir a la guerra, como una arenga para que
no desmayen en sus propósitos y que había que luchar y nunca rendirse.
Esta afición,
con un arraigo increíble pasó de pueblo a pueblo. Al Perú llegó en la Colonia y
se extendió por todo el Virreinato. El poeta José Gálvez en su libro, "Las
Calles de Lima" y "Los Meses del Año", recopila testimonios de
las peleas de gallos en la capital, oficializándose a principios del siglo
XVII. El arraigo fue tan grande en el ambiente provinciano y familiar que
inspira a Abrahm Valdelomar a escribir "El Caballero Carmelo".
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