Peleas de toros
Actualmente la fecha central para este tipo de eventos es el
15 de agosto, aniversario de la fundación española de la ciudad, ocasión en la
que se reúnen en las inmediaciones del coso arequipeño los criadores con sus
mejores ejemplares para disputar, en medio de una gran expectativa, el trofeo
Astero de Plata, otorgado por la Asociación de Criadores de Toros de Pelea.
Son diversas las versiones acerca del origen de estas
tradicionales peleas, probablemente únicas en el mundo, pero cuyos antecedentes
podrían remontarse al antiguo Egipto. Algunos citan un edicto del cabildo
arequipeño del 10 de agosto de 1555, en el que ya se mencionan. Otros, más
rigurosos, consideran que el registro más antiguo de ellas es una nota
periodística publicada el 10 de mayo de 1881, que informa de una pelea de
toros, del numeroso público que congregó y las importantes cantidades de dinero
que se apostaron en ella. En poco tiempo la noticia dejó de ser una rareza, y
ya en 1889 se realizaban, en la plaza de Cayma, 25 peleas de toros en un solo
día. Desde entonces estos eventos se han ido arraigando en todo el departamento
y haciéndose cada vez más populares y coloridos. Descendientes de los antiguos
bueyes de yunta que comenzaron a llegar a la región en 1546, los toros de pelea
son criados con la mejor alimentación y cuidados —“es el ganado más engreído de
todos”, según un especialista—, lo que les permiten desarrollar a plenitud su
tamaño y fuerza. Además, son sometidos a un riguroso proceso de entrenamiento,
durante el cual aprenden a confiar plenamente en sus amos, pues los toros de
pelea son feroces con sus semejantes, pero mansos y obedientes con las
personas. Algunos de estos toros se han hecho famosos por su valentía y
braveza, como Menelik, campeón de las peleas de 1946, que llegó a sumar más de
doce victorias.
El día central de estos combates se reúnen los criadores con
sus mejores ejemplares, los padrinos (que son quienes ofrecen el dinero de los
premios) y un numeroso y entusiasta público conformado por aficionados locales
y turistas. Se efectúa un promedio de doce peleas, con un tiempo límite de 15
minutos para cada una. Antes de pelear, los toros son sometidos a un día de
ayuno (para darles más ferocidad) y sus cuernos son prolijamente afilados. Durante
la lid, los animales están todo el tiempo dirigidos por sus amos, quienes les
ordenan cuándo embestir y cuándo retirarse. El toro ganador es llevado al
estrado oficial por su amo, donde es premiado y bañado con cerveza para
refrescarlo del esfuerzo de la contienda.
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